Diecisiete meses hace que grito.
Te llamo a casa,
Me arrojé a los pies del verdugo,
Hijo mío, horror mío.
Todo se ha enturbiado para siempre
Y no puedo distinguir
Ahora quién es el animal, quién la persona,
Cuánto tiempo queda para la ejecución.
Y sólo hay flores cubiertas de polvo
Y el tintineo del incienso, y huellas
Desde algún lugar a ninguna parte.
Y me mira fijamente a los ojos
Y me amenaza con una muerte cercana
Una inmensa estrella.
Un castillo para AK, a propósito de AK de Chris Marker (1985)
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La sangre y el suelo, ejes y valores tradicionales de conquista de poder y
terreno, de la vida concebida como lucha, la vida que late debajo de
nuestras co...
Hace 4 años
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